*Inéditos
I.
Sostengo apenas
fracciones de imperios
blancos y ajenos
donde presto mis manos.
Construyo sueños
donde pueda acomodar
alguna fracción propia.
Miro el retrovisor
y es esto.
Mudarse
ver arder los puentes
entender los espejismos
alimentados de sed.
Para luego construir otra zapata
sobre la materia que sobrevivió al fuego.
Quizás el próximo imperio
me conceda un hueco más hondo
donde colocar la semilla de un girasol
que al morir sea
ejército de fe.
II.
Para construirme
Ha sido necesario
Agrupar mis piedras
Catalogarme coleccionista de hierro
Catadora de tierras
Alquimista de fango
Y bajo mi propia mitología científica
Elaborar una categoría para el asombro
Zumbarle alguna subdivisión de chisme
Que quizá sirva mejor como auxiliar que como catedrático
Digamos pues que me autodenomino
Escritora de las hambres
Huecos resurgentes
Amparo del inconsciente colectivo
Carie que atesora el pan de la última cena.
III.
Hace un tiempo esta parte
una migaja de luz se ha posado sobre mis párpados.
Un peso tenue desgarrado de tiempo
de esta bendita ciudad a medias
quien en su riel de tren abandonado
coordina caminatas en convenio
para madres podridas de llanto.
A media luz
cualquier ciudad es contratiempo
cual aborto de territorio exprimido.
Sucede que me pare un país triste
transito a menudo a ninguna parte
y en la naturaleza que es este colapso
se me ha empozado el otoño en el pecho.
A menudo soy un animal triste
pero hoy esta tristeza es salvaje.
Caudal roto sin intención de posarse
ni ser bebido
ni ser mirado.
Me acabo, lo siento.
El polvo en el piso es mi piel mudándose
que no encuentra piel correcta donde terminar.
IV.
Desenredé una extensión
para poner un abanico.
Todo lo que necesito está aquí.
Traje todo conmigo.
Pero no puedo seguir buscando ahora
entre tanta caja
todo parece basura.
Hay cosas que no vale la pena sacar ahora
pero
si no organizo mis porquerías
¿qué colocaré sobre mi altar?
V.
Título: Carta a Alondra
Yo necesitaba merecerte.
Mantener la casa en orden.
Organizar mis piedras.
Sobrepasar la obsesión de coleccionar victorias
nombradas por alguna otra casa.
Ser verdaderamente grande.
Poder sostenerte
en la caída habitual
en la gravedad de las cosas.
Ponerme otro nombre.
Lograr que me nombrasen
como algún monumento ancestral de titanio.
Yo necesito merecerte.
Aprender a pasar las páginas.
Poder escuchar las noticias y no verte muerta en cada muerte
que no te me desaparezcas con cada desaparecida.
Ser tu hacedora de luz.
Perfeccionar el lenguaje de los abrazos.
Cambiar el mundo.
Dar un golpe de estado.
Pero no puedo tenerte
para completar la esfera amorfa de lo completo.
No podría limitarte a la magia de los abrazos
ni a ponerte un curita cuando te caigas de la bici.
¿Qué parcho usaré cuando se caigan los mundos?
¿Qué te diré a la mesa cuando conozcas a tus abuelos?
¿Cuánto habré hecho yo hasta entonces para que no te toquen
los grandes abismos de quienes no se encuentran nunca?
¿Qué haré con el fractal en tus ojos?
Ese finísimo cristal en polvo de mi reflejo
residuo de esta casi vida.
Yo necesito merecerte.
Ser verdaderamente grande.
Titanio-obsidiana
y no la hoja que se limita
al viento de temporada.
VI.
Nómbrese la esperanza
en el verde de las costas inundadas de sargazo
en la muerte repentina de un bañista que desafió el mar
en la búsqueda de su cuerpo
y el consuelo en la cristiana sepultura
“face palm” eterno de un cristo redentor
agotado de redimir
a gusanos de derecha
golosos de pieles
a quién no ha llegado la asistencia de emergencia
por ser su estado natural
Nómbrese la esperanza
al pie del hombre que balancea su mirada
en la línea que divide la exposición del labio
y la cava de la saliva
Nómbrese la esperanza
en el acto de evadir la cura de la zanja
arrancar la cascarita
para retomar el encuentro
con el curso natural de la sangre
hacia otro día menos de carrera
Se nombra -inevitablemente- la esperanza
en el vientre de la madre que gesta su cría
cosechándole al mundo, al menos, una sonrisa fresca
que empuje un poco
la nueva vuelta a la cáscara.
Karla Cristina nacida en Bayamón Puerto Rico, posee estudios graduados en planificación urbana y económica. Su primer poemario, “El lenguaje de las muecas”, fue publicado en la editorial puertorriqueña independiente La impresora, en junio del 2018. El mismo fue presentado en Puerto Rico y en México, en la Feria internacional del libro en el Zócalo. Su segunda publicación, “Sobre el hombre y otros sistemas de colapso“ estuvo a cargo de la misma editorial en diciembre de 2020, y se presentó en Puerto Rico, Barcelona y próximamente en Chile. También ha sido publicada en varias revistas digitales como Espíritus Chocarreras (PR) , Trasunto (PR) , Low-fi-Ardentía (PR) Y LP5 (Chile).
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